En ésta ocasión voy a empezar con el final de la ruta que nos hemos “marcao” en compañía de Fernando, Jacob, mi hermano y un servidor, como premio al esfuerzo realizado, con un “peazo” de cerveza y una “tapita” de que nos supo a gloria (la famosa tortilla de Nigüelas, que “güeeeeenaaa…”).
Aunque la ruta no ha sido larga con algo más de 26 Kms., el desnivel positivo inicial ha sido bestial (en 12 Kms. superamos casi 1.100 metros de desnivel). Como sigamos así no nos van a parar ni la Guardia de Civil.
La ruta discurre Nigüelas, Río Torrente, Camino de la Dehesa, Cortijo de Echevarría, Cortijo del Padre Molina, Rambla de Dúrcal, Dúrcal y ya está bien…..
A plena hora donde las chicharras suenan que no veas, menos mal que estamos todavía en el mes de Marzo, porque sino la subida la haría “Rita la cantaora”. Iniciamos la ruta desde Nigüelas sin pensar lo que nos venía encima, algunas rampas con más de 15% y 12 Kms. sin parar de subir (creo que de tanto apretar, los eslabones de la cadena han terminado con algo de holgura, jejejejeje…).
El ascenso con buena “compaña”(menos mal) ha sido algo entretenido, como siempre “charlando” como marujas.
La subida se las trae con un carril interminable en zig-zag hasta el Camino de la Dehesa donde nos dió un respiro pero enseguida la “cuestecita” se volvió a empinar, vaya Km. joer. Ya con ganas de terminar la maldita subida, divisamos a pocos metros el famoso Cortijo de Echevarría (lugar donde antiguamente se pernoctaba y se iniciaba el “ataque” al Pico del Caballo, con sus 3.012 metros de altitud).
Finalmente, llegamos al Cortijo en 1:50 minutos aprox., disfrutamos del entorno y paisaje para olvidar un poco lo pasado, nos tiramos unas “foticos” e iniciamos la super-bajada de la tarde.
Lo de super-bajada es un decir porque se las trae con trialeras, escalones, gravilla, curva, otra curva, otra curva….. mis brazos me iban a estallar, que dolor. Es un descenso de algo más de 800 metros en apenas 2,5 kms., nunca me he encontrado con tantos apuros por lo técnico y sinuoso del recorrido que en muchas ocasiones no era ciclable.
Ya al final de la vereda y en lo más llano el amigo Fernando se dió un “talegazo” que le afectó negativamente porque a partir de aquí no dada “3 en bola”, iba continuamente cruzado en la bici, le tuvimos que decir que se tranquilizara un poco. No nos hizo ni “puto” caso por que a pocos metros se cayó de nuevo, se iba a ……. (no me gusta ser un chitavo, que alguien se podría enterar).
Alcanzamos la Rambla de Dúrcal con una arena algo suelta pero que disfrutamos como niños a lo largo de al menos 2 Kms., requiere concentración y técnica para acometer un descenso vertiginoso.
Al finalizar la Rambla nos desviamos por un carril para dirigirnos a Dúrcal y con buena letra hasta Nigüelas (Jacob vaya “arreón” y ritmo te marcastes en el asfalto, nos ibas a sacar las “higaíllas”).
Como dije al principo y vuelvo a repetir, que bien nos sentó la “cervecita”.
¡HASTA LA PRÓXIMA CAMPEONES!
Por cierto, ésta ruta la hemos conocido gracias a la publicación del amigo Redmars en Wikiloc.
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