Empezaré diciendo que con ésta ruta he iniciado mi primer “baño” del año, no voy ha exagerar jejejeje… , sólo me he mojado las zapatillas al cruzar el cauce del río Dílar que discurre por el Camino Real de Granada a Almuñecar.
La ruta es completa con subidas de las que quitan el hipo, un cortafuegos que te deja KO y bajadas en zig-zag que te quitan los gases nobles, me explico:
Inicio la ruta con un peazo de guía (el amigo Fernando) y con la ausencia del figura (hermano Javier, por virus estomacal), desde la Zubia dirección a Gójar acortando por caminos para salvar la carretera de Dílar.
Decidimos coger el carril del Cortijo Jurado para conocerlo, es un bucle que rodea una almazara de aceite y que nos llevó al camino principal para acometer la “subidita” hasta los Abrevaderos –lo de subidita es un decir, rampas que te quitan el hipo a lo largo de 1,5 kms. con desniveles cercanos al 17%-
Sin descanso continuamos en busca de la Atalaya del Padul y nos encontramos con un cortafuegos que nos dejó KO, menos mal que en la Atalaya descansamos unos minutos para reponer líquido y contemplar lo que teníamos a nuestros pies –Lagunas del Padul, Dúrcal, Niguelas, Pico del caballo, Silleta del Padul, etc…-
Ya que Fernando no conocía las 23 curvas, decidimos hacerla e iniciamos una bajada im-presionate de las que te quitan los gases nobles . Es muy divertida ya que no paras de dar giros en zig-zag con un importante desnivel.
Tras finalizar la bajada pasamos por la Urbanización del Puntal para desviarnos por un carril –siempre intentamos evitar las carreteras- y salvar el collado de la Urbanización Viñas del Rey. Desde aquí disfrutamos de lo lindo en una larga bajada por la antigua línea del tranvía Granada-Dúrcal hasta la Urbanización Santa Clara –increíble casi todos los chalet estaban en venta, ¡joer con la crisis!-.
Ya en Otura el amigo Fernando propuso cruzar el río Dílar, temerosos del caudal, decidimos finalmente acometerla sin miedo y nos encontramos con relativa poca agua -yo estuve a punto de caerme mantuve unos segundos el equilibrio como Toni Bou y pude continuar-.
Finalmente, pasamos por Gójar para llegar a La Zubia y “pa” casa.
NOTA:
Se me olvidaba decir que desde que empezamos la ruta Fernando y yo no paramos de hablar –parecíamos dos marujas-, me tuve que tomar más de un litro de agua al llegar a casa porque tenía la boca sequísima.
–Fernando “pa” la próxima hay que ser más moderados jejejeje…..-
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