Otra tarde con una ruta exigente y descubriendo recorridos nuevos para nosotros (vereda del Barranco del Rey y loma de las Tres Torres).
Antes de nada, decir que el recorrido de la vereda del Barranco del Rey nos ha sorprendido gratamente y nos ha dejado con la boca como vulgarmente se dice “abierta”, ya que transcurre por numerosos barrancos, encinas, pinos, quejigales, etc…
Para coger la vereda hay que estar atentos porque apenas se divisa en sus inicios, luego no hay pérdida. Se coge una vez se desciende del Alto de las Torres dirección a Beas de Granada, a apenas 50 metros a mano izquierda se observa una pequeña rodadera en un descenso donde hay que estar muy finos para no “hincar” los dientes en el suelo. Después el recorrido es fácil con una bajada larga, tendida y sinuosa (100% recomendable).
Bueno, el desarrollo de la ruta la iniciamos desde la La Zubia como casi “together”, para dirigirnos sin pausa a Lancha del Genil y subir el “mortilorillo” (hoy me ha costado un poco, inicio de resfriado, pero el tío se ha portado como un “jabato”).
Tras pasar la Urbanización Cerro del Sol continuamos por el Canal de los Franceses para subir por la Loma de los Agujeros, al alcanzar la cota nos desviamos para conocer otra zona por un carril en perfectas condiciones que en su inicio un descenso “apañao” y que a mitad del camino se retoma nuevamente la cota para coger el camino.
A partir de aquí iniciamos la larga subida, que se las trae, para coronar el Alto de las Tres Torres. Hicimos un breve descanso para bajar la pulsaciones que estaban bien “altillas”.
Con ganas de conocer la nueva vereda, comenzamos un largo descenso “disfrutón” (antes comentado) para llegar a un carril que conducirá en subida incansable (todavía me duelen las piernas) hasta el collado de la loma de la Tres Torres. Desde aquí hay una vistas “escandalosas”, se vé casi “tooooooó”.
Una vez coronado el collado, venía una larga bajada que la hicimos “a tó leches” hasta la confluencia con el río Darro. Entre álamos y paralelos al río nos dirigimos nuevamente al collado del Canal de los Franceses. Antes de llegar, nos “zampó” una “lengua de tierra”, el terreno estaba totalmente desquebrajado y desprendido con unas zanjas de más de 3 metros de altura lo que hizo que el sendero se nos perdiera y tuvimos que “patear” un rato para alcanzar el collado (no hay ruta que tengamos que andar por imprevistos, ¡ joerrrr…!).
Ya con la hora encima, descendimos rápidamente por el barranco de la Lancha de Cenes, túneles, Huetor y “pa casita”.
¡¡¡¡OTRA A LA SACA!!!!
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