Lo de hoy no tiene nombre hemos que tenido que dar patadas en el culo para acabar la ruta ya que la noche se nos echaba encima motivado por el descenso del Barranco de la Burra que se nos ha complicado en demasía ya que es una rambla con arena muy suelta, zonas muy pedregosas y algún que otro obstáculo algo complicado para seguir pero al final lo hemos conseguido con algún que otro sobresalto...
Salimos desde La Malaha para dirigirnos a Escúzar por un camino rodeado de campos de cereales en todo su esplendor después de unos días de lluvia para pasar por varias minas de yeso donde hay unas charcas que mejor no pisar porque te engullen...jajajaja.
Después de pasar las Minas de Escúzar se inicia la subida a la Sierra de la Pera a partir del Cortijo de la Trini donde el paraje cambia radicalmente a un encinar muy bien cuidado y digno de conocer. A pocos kms. nos encontraremos un alojamiento-restaurante rural llamado Arquería de Pera para seguir ascendiendo por el encinar hasta la cota máxima de ésta sorprendente Sierra e iniciar un largo descenso hasta llegar a una cancela que no pudimos salvar ya que el camino no continuaba, estaba arado y de barro ni os cuento...así que nos tuvimos que dar media vuelta y encontrar un paso (cada vez nos lo ponen más difícil) para proseguir la ruta dirección a la rambla del Barranco de La Burra.
Antes de llegar a la rambla tuvimos de nuevo que saltar una nueva valla donde el paraje va cambiando de zonas de encinar y campos de cereales a una zona de pinares para llegar a la zona prevista para iniciar un larguísimo descenso a través del Barranco de la Burra donde en sus inicios son de alucine (velocidad y equilibrio) a lo largo de un continuo arenal y pedregal que al amigo Fernando y a mi nunca se nos olvidará por técnico y zonas complicadas de paso junto a que la noche se nos echaba encima en un lugar que ni un helicóptero te rescata, pasamos algo de ansiedad bicicletera...jajajajaja.
Una vez dejamos la zona estrecha del barranco proseguimos por la rambla ya con agua y algo sinuosa que tuvimos que improvisar para acortar lo máximo posible para llegar cuanto antes a La Malaha pero algunos recortes nos hicieron perder el rumbo pero como buenos orientadores dimos con el camino correcto para llegar al punto de partida ya con la noche metida donde llegamos exhaustos.
¡Otra a la saca!.
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