Tras haber realizado esta ruta puedo decir que es uno de los mejores recorridos que hemos realizado en los últimos años tras habernos inmerso en los valles de Lanjarón a través de la acequia Prados Coloraos y Torrente a través del camino de la Dehesa, ambos enclavados en la zona suroeste del macizo montañoso de Sierra Nevada donde hemos alcanzado altitudes cercanas a los 2.400 msnm y fascinarnos de tan bellos paisajes que nos brinda este excepcional paraje.
Salimos desde Nigüelas bien temprano para estar de vuelta al mediodía empezando el pedaleo por las calles de la localidad y cruzar el río Torrente donde se empieza un largo y duro ascenso pero a la vez de incomediables vistas a la costa granadina y parte del interior de la provincia, merece la pena conocer…
Tras haber superado el primer escalón de dificultad llegamos al cruce con el camino del Sulayr y a pocos metros nos desviamos a la derecha para continuar con el ascenso que en sus primeros hay rampas >15% que salvamos con cierta facilidad para ya en un corto descenso llegar al Cerro de las Caballeras donde se cambia a la vertiente del valle de Lanjarón e iniciar el tendido ascenso por la acequia Prados Coloraos perfectamente ciclable aunque en algunos tramos la zona es algo estrecha. Ni que decir que este tramo nos a sorprendido gratamente por las vistas y entorno que nos rodea para llegar al río Lanjarón que en este ocasión no ha sido posible por habernos encontrado un nevero imposible de cruzar por lo empinado del terreno, finalmente desistimos en el intento para no tener problemas.
Después del disgusto de no poder alcanzar nuestro objetivo nos dimos media vuelta en una bajada rápida donde nos detuvimos a la altura del Refugio Ventura (2.230 msnm) que tras una breve pausa para conocer este rincón reanudamos el pedaleo para regresar de nuevo al cruce con el camino de la Dehesa y en esta ocasión girar a la derecha para subir a la Rinconada de Nigüelas (río Torrente). Decir que después de los kms. que llevábamos, esta parte de la ascensión hay que tomársela con tranquilidad para llegar con fuerzas suficientes.
Ya sólo nos quedaba llegar al Mirador de la Rinconada de Nigüelas donde nos merecimos un breve descanso tras haber superado un importante desnivel positivo y que mejor que desde este punto admirar el paisaje que teníamos tan cercano, entre otros el Pico del Caballo que sus 3.011 msnm se observa en esta fechas con bastante nieve después de las intensas nevadas pasadas.
Continuamos para pasar por el Cortijo Echevarría a casi 2.000 msnm, en estado ruinoso, para proseguir un largo y complicado descenso por lo sinuoso y arenoso del terreno hasta Nigüelas. He de decir que Fernando a las primeras de cambio desapareció en el abismo porque no le pudimos seguir encontrándonos a las puertas de la localidad, ¡que valiente que eres!.
Ruta que bien merece repetirla y bien que la haremos próximamente…
¡Otra a la saca!.
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