Que mejor recibimiento del amigo Fernando, después de 2 meses sin verle el pelo, que quedar a primera hora de la mañana cuando más llovía (tiene tela la cosa...). Tuvimos que abortar la salida hasta que el diluvio acabara para hacer una ruta de un par de horillas (no había para más) para estirar las piernas y que mejor sitio que ir al Llano de la Perdiz donde hay infinidad de veredas que nunca defraudan.
Con el trío de lujo al completo iniciamos la ruta desde La Zubia para dirigirnos a los túneles del Serrallo pero no pudimos cruzar el río Monachil por el enorme caudal después del diluvio, así que media vuelta y a recalcular de nuevo la ruta para subir al Llano por veredas de las que nos gustan y alcanzar la cota máxima para dirigirnos por la vereda de los Quejigales donde marcamos un ritmo conservador para no tener problemas...barro, charcos y el suelo deslizante nos podía acumular el trabajo.
Finalmente regresamos por el mismo sitio de la subida para acabar una ruta "facilona" y echar un buen rato de bici con el irrepetible Fernando!!!.
¡Otra a la saca!.
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