Echábamos de menos a nuestro amigo Manolo y por fin se ha atrevido a venir con nosotros (no te asustes de nuestro "nivelillo", somos de carne y hueso...).
Nada más empezar nos pusimos a hablar de las 2 aventuras por el Camino de Santiago que nunca olvidaremos y de nuestras cosillas... vaya, que cuando quisimos acordar ya estábamos en el Llano de la Perdiz.
Una vez alcanzamos el Llano decidimos bajar por los Quejigales, zona sinuosa pero divertidísima y más al ritmo que marcamos...joer no me explico como los neumáticos agarraban en la curvas enlazadas.
Después de gozar ésta zona nos despedimos de Manolo y nosotros proseguimos por la Cuesta de los Chinos, Albaicín y centro de Granada, vaya parecíamos auténticos guiris.
Ya sólo nos quedaba llegar a casa después de la inmejorable compañía de nuestro amigo, hasta la próxima...!!
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