Que afortunados somos los granadinos para la práctica de la bicicleta de montaña donde tenemos innumerables recorridos por la alta montaña (Sierra Nevada), media y baja montaña (aquí para hartarse), costa (prácticamente todo el litoral) y lo que nos faltaba por descubrir el desierto de Gorafe con sus ramblas y un mar de montes al más propio estilo Western.
La verdad es que ha sido todo un acierto descubrir este "oasis" dentro de la provincia de Granada después de ver el track de Raulllorente en wikiloc (gracias por compartirlo).
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| De MTB DESIERTO DE GORAFE 12-10-13 |
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| De MTB DESIERTO DE GORAFE 12-10-13 |
La ruta la teníamos en el tintero ya sólo nos quedaba unir las fuerzas en compañía de Fernando, Jacob, Javier y un servidor para salir desde Baúl, pueblo que domina los Llanos de Mirasierra a 1.220 msnm.
Salimos como es de costumbre bien temprano para iniciar la ruta por la vereda de Los Balcones y desvianos por el Barranco de la Cañada donde iniciamos un descenso por una vereda para coger un carril que nos llevó al Cortijo Valenciano, a pocos metros el carril se corta en un rellano de cereales donde tuvimos que elegir un atajo a pata para descender unos 100 mts. hasta la Rambla de Freila. Este tramo se evita sigueindo por el Barranco de la Cañada siguiendo recto por el Barranco de la Majada de Pepa que leva directamente a la Rambla de Freila.
El descenso es espectacular por lo rápido y el entorno digno de conocer hasta alcanzar Freila donde a pocos metros tuvimos que tomar la carretera que nos conducirá directamente al pantano del Negratín despues de unos 7 kms. nos detuvimos a deleitarnos de este bello pantano prácticamente al 100% de su capacidad.
Después de unos minutos de parada rutinaria proseguimos hacia Bácor (llamado también Kevin Beicor, algunos saben porque lo digo...jajajaja) y es a partir de aquí donde la ruta toma forma por su exigencia y entorno árido a través de innumerables ramblas y cañones. Nada más salir del pueblo cogemos la Rambla de las Columnas donde la arena en algunos tramos está suelta con el consiguiente esfuerzo en el pedaleo para avanzar (pero nada importante, se hace...). Después de varias revueltas y kms. llegamos a una explanada donde sacamos el bocata y rápidamente cogemos ya un camino con duras rampas en sus inicios para llegar al Cortijo del Trece, parece mentira pero en pocos metros el paraje es un inmenso llano que se pierde en el horizonte.
Disfrutando de estos llanos iniciamos un largo descenso por la Majada de Macimbrana a través de un carril que serpentea por unas lomas desérticas de Los Pinos (aunque no hay ni uno...) y unas vistas excepcionales al Desierto de Gorafe (100% recomendable). El descenso se acaba en la Rambla de los Anchurones.
Esta rambla está algo más compacta y se pedalea mejor pero hay 2 tramos que salvar donde hay que poner pie a tierra ya que el abundante cañizo imposibilita el pedaleo y a partir de la unión de la Rambla de Don Diego y Barranco Carrizal el paso hay que bordearlo por un sendero que en su parte final nosotros lo perdimos por el abundante matorral bajo pero gracias a nuestro olfato dimos con el camino que tomar para llegar al puntal de Cocón a 983 msnm donde nos adentraríamos nuevamente a una meseta de llanos y a pocos kms. con el imponente Barranco de Gorafe donde tendríamos unas vistas del pueblo espectaculares.
Seguimos con el pedaleo para detenernos en los dólmenes dolomíticos de Gorafe donde la falta de agua empezó a darnos fuerte hasta tal punto que gracias a unos agricultores, no sin antes convencerlos que nos dieran agua por favor al final sacaron de la furgoneta agua a raudales...gracias!. Con la sed saciada emprendimos la marcha dirección a la rambla de Balata tras pasar por el majestuoso y ruinoso cortijo de Olivares donde tuvimos que baja 80 mts. y luego subirlos y la verdad es que ya las piernas después de los 75 kms. estaban más "pallí que pa quí". Seguimos a nuestro último "escalón" el Barranco de Baúl donde la sed no nos dejaba con la consiguiente fatiga (mencionar que la ruta sin agua es imposible, hay que llegar agua cada uno "pa" tres). Ya en la aldea de Los Balcones nos encontramos con nuestra salvación un lugareño que por más que hablábamos con el para indicarnos alguna fuente el nos preguntaba continuamente ¿de donde venís? y nosotros ¿donde hay agua? y el "erre que erre", al final después de casi cabrearnos el hombre entendió nuestras necesidades el ¡AGUA! y de repente nos indica "si hombre si" unos metros más abajo junto a una casa hay una manguera y abriendo el grifo tenéis ¡AGUA!, menos mal porque sino creo que no llegábamos...
Tras salvar el Barranco de Baúl ya sólo nos quedaba unos 4 kms. para llegar a nuestro final después de disfrutar de una ruta que nunca olvidaremos y a Fernando tampoco ya que no tuvo su día después de 3 pinchazos que lo achacó por no ir a la fumadora...jajaja.
¡Otra a la saca!.
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